“Imagen. Amancio en acción durante un partido. Fotografía Linkedln.”
Amancio Amaro Varela nació en La Coruña el 16 de octubre de 1939, en una España que aún respiraba polvo y cartillas de racionamiento. De niño, jugaba al fútbol en cualquier descampado donde cupiera un balón, y como casi todos los gallegos de su generación, lo hizo con más hambre que medios. Tenía la humildad de los orígenes duros y la ambición de quien sabe que en la vida, o regateas o te arrollan. Fue en el Victoria Club de Fútbol donde empezó a despuntar, a los quince años, y en el Deportivo de La Coruña donde se convirtió en un talento imposible de esconder. En la temporada 1961–62 fue máximo goleador de Segunda División, y su nombre empezó a circular entre los grandes como el de un extremo que hacía magia por la derecha. Por eso, cuando el Real Madrid llamó a su puerta en 1962, no era un capricho: era destino.
Amancio. El brujo
Aquel fichaje fue, dicen, una epopeya. El Madrid de Bernabéu necesitaba renovar la piel tras la era de Di Stéfano y Puskás, y Amancio era el elegido. El Deportivo lo vendió como quien se desprende de una joya familiar: caro, con lágrimas y orgullo. Al llegar a la capital, Raimundo Saporta lo recibió con sorna castiza. Amancio llevaba una cazadora de piel vuelta, de esas que en A Coruña daban abrigo y aquí daban tema, y Saporta le soltó: “¿Dónde has dejado las ovejas?”. El gallego sonrió, tomó nota, y se dedicó a driblar hasta que nadie volvió a reírse de él.
En el campo fue un artista. El Brujo, le llamaron, porque parecía tener pacto con el balón. Jugaba por la derecha, con esa mezcla de elegancia y mala intención que tienen los elegidos. No sólo regateaba, también humillaba, pero con estilo. “Me llamaban chupón y a mucha honra”, dijo una vez. Cada jugada era un desafío, un reto personal contra el aburrimiento. Su fútbol tenía algo de danza y algo de rebelión. En el Madrid ganó nueve Ligas, tres Copas y la Sexta Copa de Europa, la de los yeyés, aquella en la que un equipo de muchachos españoles volvió a levantar el trofeo más grande del continente. Fue el símbolo de una transición, el hilo blanco que cosió las glorias del pasado con las del futuro.
Con la selección española también dejó huella: 42 partidos, 11 goles y una Eurocopa en 1964, la única que España conquistó hasta los años de Iniesta. Formaba parte de una generación de hombres serios, con el cabello engominado y la mirada limpia, que jugaban sin tatuajes, sin redes sociales y sin representante, pero con un sentido del honor que hoy parece ciencia ficción.
Al retirarse en 1976, Amancio no se marchó. Era de esos jugadores que no entienden la jubilación porque el balón no se va de la sangre. Se quedó en el club, primero formando a jóvenes y luego dirigiendo al Castilla. Allí hizo algo que pocos recuerdan como merece: ganó la Segunda División con un equipo filial. Y más aún, descubrió y formó a la Quinta del Buitre. Míchel, Butragueño, Martín Vázquez, Sanchís, Pardeza… todos pasaron por sus manos. Él los miraba como un padre mira a sus hijos cuando aprenden a conducir: con orgullo y con temor. Los enseñó a jugar con inteligencia, con clase, con ese orgullo callado que había mamado desde niño.
En 1984 subió al primer equipo como entrenador. No tuvo suerte. El banquillo blanco siempre fue un potro de tortura, y ni siquiera un mito como él pudo domarlo. Lo cesaron al año siguiente, sin rencor pero con la herida que dejan las cosas injustas. Sin embargo, su vínculo con el Real Madrid siguió intacto. En 2000 Florentino Pérez lo incorporó a la Junta Directiva, y en 2022, ya con el cabello blanco y la mirada sabia, fue nombrado Presidente de Honor del club. El círculo se cerraba como debía: con respeto, gratitud y memoria.
Fuera del campo, Amancio fue discreto. Casado con Consuelo Vicente Noya, tuvo seis hijos —Óscar, Belén, Amancio, Patricia, Marcos y Claudia— y una docena de nietos. Pasaba los veranos en Oleiros, en su casa de Santa Cristina, donde se le podía ver paseando por la playa, sin escoltas ni aspavientos. Uno de sus nietos llegó incluso a jugar en el juvenil del Madrid, como si el destino quisiera mantener la estirpe. No fue hombre de fiestas ni de titulares: fue de los que preferían el café tranquilo, la conversación breve y el trabajo bien hecho.
El 21 de febrero de 2023 murió en Madrid, a los 83 años. El club entero lo despidió con honores. Florentino Pérez habló de él con voz temblorosa: “Llevaba al Real Madrid en su corazón”. En los homenajes se mezclaban veteranos y niños, gallegos y madrileños, todos conscientes de que se iba un trozo de historia. En el Bernabéu, las fotos de aquel extremo con cara de chico bueno y mirada desafiante recordaban que hubo un tiempo en que el fútbol era arte y no negocio.
Amancio fue eso: arte, coraje y decencia. Un hombre que vivió el fútbol como se vive la vida cuando se tiene carácter: sin hacer ruido, pero dejando huella. Fue el puente entre el Madrid de Di Stéfano y el de la Quinta, entre el barro gallego y el mármol del Bernabéu. Y sobre todo, fue el ejemplo de que el talento, cuando va acompañado de humildad, puede convertirse en leyenda.
Hoy su nombre está en la historia blanca como un conjuro: Amancio, El Brujo. El hombre que hizo del regate una forma de resistencia y del Real Madrid su segunda piel.
Sus números en el Real Madrid, extraídos de la obra “Veteranos y Noveles” (Geoplaneta 2023) y escrita por un servidor son los siguientes:
NOMBRE: Amancio Amaro Varela.
POSICIÓN: Extremo derecho.
NACIMIENTO: 16 de octubre de 1939.
LUGAR DE NACIMIENTO: A Coruña. España.
FALLECIMIENTO: 21 de febrero de 2023
NACIONALIDAD: España.
DEBUT: 19 de agosto de 1962, amistoso, Black Stars-R. Madrid, 3-3.
DEBUT OFICIAL: 5 de septiembre de 1962, Copa de Europa, R. Madrid-Anderlecht, 3-3.
ÚLTIMO PARTIDO: 16 de mayo de 1976, liga, R. Madrid-At. Madrid, 1-0.
TEMPORADAS: 14
PARTIDOS OFICIALES: 471
LIGA: 344
COPA: 58
COPA DE EUROPA: 52
RECOPA: 11
COPA DE LA UEFA: 4
COPA INTERCONTINENTAL: 2
VICTORIAS: 264, EMPATES: 107, DERROTAS: 100
TITULAR: 469
SUPLENTE: 2
SUSTITUDO: 45
MINUTOS: 37.329
PARTIDOS COMPLETOS: 384
PARTIDOS AMISTOSOS: 97
GOLES: 155
PRIMER GOL: 16 de septiembre de 1962, Liga, Betis-R. Madrid, 2-5.
ÚLTIMO GOL: 27 de marzo de 1976, Liga, R. Madrid-Sporting, 2-0.
HAT TRICKS: 6,
DOBLETES: 16.
ASISTENCIAS: 122
INTERNACIONAL: 42 veces con España.
TRAYECTORIA: Deportivo de la Coruña, Real Madrid.
TÍTULOS CON EL REAL MADRID:
9 Ligas.
3 Copas.
1 Copa de Europa.
1 Eurocopa.
2 Trofeos Pichichi.


Gracias Javier, efectivamente hoy hablamos de uno de los grandes mitos del madridismo, la estrella del Madrid ye ye. Con el balón siempre pegado al pie, tenía un regate imprevisible, de por donde te podía llegar a salir.
En el recuerdo un partido que presencié en marzo de 1968, cuartos de final Copa de Europa, contra el Sparta de Praga, se saldó con victoria con tres goles de Amancio que marcó en la portería del fondo sur, a la que empezaron a llamarla, la de los goles.
Una anécdota graciosa, reflejada por la prensa de ese tiempo, fue como un ganadero gallego, bautizó a tres vacas con los nombres de Amancio, Amaro y Varela, como homenaje a los tres goles.
Gracias Javi por un nuevo capítulo del Club de los 100. En esta ocasión nos traés a una de las mayores leyendas de nuestro club. Tuve la suerte, aunque yo era muy crío, de poderle ver jugar. Amancio estaba ya en la recta final de su carrera, pero aún atesoraba esa calidad que siempre le había acompañado. Es una delicia leer estos artículos. Un abrazo grande y Hala Madrid siempre!!!