Ayer noche, comenzaba el sueño de todos los que nos sentimos madridistas, el sueño de llegar el día 22 de mayo de 2010 a la finalísima de la Champions que se jugara en nuestro estadio. El partido particularmente me dejo dos lecturas:1) si el equipo juega con los cinco sentidos puestos, no se relajan y se juega en conjunto, podemos ser imparables. 2) Si el equipo no se sacrifica, no juega en conjunto, no se ayudan entre líneas y no están centrados a la hora de defender, podemos sufrir mucho. El comienzo del encuentro fue de acoso por parte del equipo suizo, por otra parte lógico ya que jugaban de locales. A esas acometidas respondían los nuestro con un buen orden defensivo y poco a poco los de Zurich fueron perdiendo gas y nuestro centro del campo haciéndose dueño del balón, con un inconmensurable Xabi y un no menos excelente Lass. Así, en el minuto 28 y de golpe franco directo Cristiano Ronaldo conseguía su primer gol de falta como madridista, bien es verdad que el portero podía haber echo algo mas. En el minuto 33 era el capitán de nuestro equipo el que anotaba el segundo tanto tras una internada de Higuain que centraba al área y Raúl remachaba en la boca de gol. Con este tanto son ya 65 los que Raúl lleva anotados en la máxima competición europea. Y antes de llegar al descanso, seria el Pipa el que en una jugada personal anotaba el 0-3 con el que nos íbamos a los vestuarios. En la segunda mitad el equipo salio confiado en exceso y unido a la lesión de Xabi y a un penalti inexistente, los suizos se acrecentaban y acortaban distancias, era el minuto 63 de partido. Y dos minutos después y en jugada a balón parado (como no) llegaba el 2-3 y los nervios a nuestro equipo. Pero en esto, apareció la figura de Guti y el equipo volvió a la imagen dada en el primer tiempo. Se decía que Cristiano tenia ansiedad, y ayer encontró un ansiolítico llamado Leoni, fue mano de santo para los problemas de ansiedad del portugués, por que en el minuto 89 y en un nuevo golpe franco, Ronaldo se sacaba un obús que el portero del Zurich no podía atajar. Ya con el partido casi acabado y en una contra, Guti después de recorrer 20 metros en solitario ponía una magistral vaselina por encima de Leoni que suponía el definitivo 2-5. Un Madrid con dos cara, una muy ilusionante y otra que preocupa. Esperemos que esa mala cara no la volvamos a ver en toda la temporada.
16 de septiembre de 2009
Antonio Armero Rodríguez