Como le ocurría al primer equipo, el Castilla llevaba unas jornadas en las que además de no realizar el fútbol al que nos tiene acostumbrados, no era capaz de ganar un encuentro. Ayer, y con unos jugadores que casi todos brillaron a gran altura, fueron capaces de imponerse con claridad.
El partido comenzó igualado, aunque la mayor posesión era de los castillistas. Tardó en llegar el gol para el filial blanco. Fue en el minuto 36, cuando Calahorro, jugador del Socuellamos, cometía penalti sobre Campuzano. Enzo con gran sangre fría lo transformaba en gol a lo Panenka.
En la segunda parte Solari realizó un par de cambios de inicio, y el equipo mejoró aún más la imagen que había sido ya buena durante los primeros 45 minutos. Abner y Nikos entraron en el terreno de juego, y junto a un buen partido de Odegaard, llevaron al filial a la victoria. En el 53 Achraf realizó una buena jugada por su lateral, para poner el balón en los pies de Nikos y este aprovechaba para batir a Ulbrich y poner el 2-0 en el luminoso del Di Stéfano.
Tan solo cuatro minutos más tarde del segundo gol castillista, llegaría el tercero. El noruego dentro del área y con la izquierda, ponía el esférico dentro de la meta del Socuellamos. Tuvo ocasiones el filial madridista para hacerse con una victoria más holgada, pero el marcador ya no se movería.
Ojalá esta victoria sirva para que los jóvenes jugadores castillistas recuperen la confianza en su juego y el equipo agarre una buena racha de resultados que nos coloque en lo alto de la tabla clasificatoria.
Real Madrid Castilla: Abad; Achraf, Tejero, Lienhart, Hermoso; Valverde, Enzo, Febas, Campuzano; Sergio Díaz y Odegaard. Sustituciones: Tras el descanso entran Abner y Nikos por Tejero y Campuzano, en el minuto 84, Mario por Sergio Díaz.
Socuéllamos: Ulbrich; Zurdo, Alcáñiz, Calahorro, Ramón; Salva, Garmendia, Javalillo, Narváez; Cortell y Domínguez. Sustituciones: Min.40, Álex por Salva; Min.69, Diego Sánchez por Domínguez, y en el 74, Álvaro por Cortell.
La segunda parte mereció la pena. En los primeros 45 minutos aburrimiento y creo que aburrir, a la escasa parroquia que acudimos a Valdebebas, es lo peor que puede hacer un filial más allá de ganar o perder.