Os dejo un nuevo poema que nos envía nuestro socio Miguel Ángel Plaza, en esta ocasión dedicado a Vinícius.
VINICIUS (*)
Causaba sensación este adolescente brasileño en su país natal,
pues irrumpió él en escena… ¡de una manera salvaje y brutal!
Aunque podría decirse que prácticamente de un niño se trataba,
jugando con los mayores en el campo… ¡de tú a tú se codeaba!
Con buen criterio el club merengue… a este futbolista se trajo,
puesto que eran realmente inauditas… ¡su frescura y desparpajo!
Se adaptó el brasileiro al nuevo entorno con inusitada prontitud,
dando claras muestras de inmediato… ¡de sus dotes y aptitud!
Vinicius nos deleita a todos con una soberbia explosividad en carrera,
como si la misma velocidad de la luz… ¡en su propio interior estuviera!
Dicha habilidad… la estructura defensiva del rival trastoca,
por eso es que Vinicius convierte en oro… ¡todo lo que toca!
Es obligatorio mencionar uno de sus principales cometidos,
el cual no es otro… que el de revolucionar los partidos
Resulta evidente que el aficionado madridista no cabe en sí de gozo
cuando “Vini” causa en el bando contrario… ¡severo destrozo!
Va camino el joven Vinicius de convertirse en figura icónica,
ya que nadie es capaz de enfrentarse… ¡a su velocidad supersónica!
Así es que a día de hoy, sin ningún tipo de pudor mi voz expresa
que “Vini” ya es un jugador consolidado… ¡y dejó de ser promesa!
(*) = Vinicius (también conocido como “Vini”) llegó al Real Madrid procedente de la liga brasileña, en donde ya despuntaba siendo un adolescente. Tardó muy poco en acoplarse adecuadamente a la disciplina blanca, desempeñando el puesto de delantero y mostrando una asombrosa velocidad en carrera además de una excelente capacidad de desborde.
Poema de Miguel Ángel Plaza