“Imagen. Llull lanza a canasta en un lance del encuentro ante San Pablo. Fotografía ACB.com”
En primer lugar pediros disculpas a los amantes del baloncesto, ya que esta crónica no está a la altura de las que pueda hacer Javi Gordo, o en su ausencia Alberto Arias o Ape Andujar. Incluso alejada de los conocimientos de Rafael Arias. Pero no pudiendo contar hoy con sus conocimientos y desde mis humildes conocimientos, aquí va la crónica de este partido, la cual quiero dedicar a todos ellos por lo que aportan a La Gran Familia en cuanto al deporte de la canasta y nuestra sección de baloncesto se refiere.
San Pablo Burgos 60 Real Madrid 74
Olla sin presión
El Coliseum de Burgos se han convertido por derecho propio en una de las canchas de la Liga con más presión por parte de sus aficionados. Los 9000 espectadores que caben en la plaza de toros burgalesa y que es utilizada por el San Pablo como sede de sus partidos, suelen apretar de lo lindo apoyando a los suyos, lo que le suelen convertir en un rival complicado de batir en su cancha. Pero las actuales circunstancias hacen que el Coliseum burgalés sea una olla sin presión. Eso no quiere decir que el doblegar a San Pablo sea tarea fácil.
San Pablo y Real Madrid se presentaban como dos de los equipos más ofensivos y anotadores en estas primeras doce jornadas disputadas. Pero hoy parecían tener la pólvora mojada, especialmente los locales. De entrada Pablo Laso dejaba a Tavares en el banco, algo nada habitual en el entrenador madridista. Y los primeros primeros ataques, uno por equipo eran fallidos. No era muy normal que con el potencial ofensivo de ambos con cuatro minutos jugados el marcador fuese de 4-7. Especialmente fallones los burgaleses. Pero al Madrid se le veía bastante dinámico y un triple de Laprovittola doblaba la ventaja madridista para ponerla en 6-12.
Peñarroya daba entraba en cancha a McFadden y San Pablo comenzó a ser más intenso en defensa y a tener un mayor acierto anotador, haciendo que el marcador se apretase a un 14-17.
Aparece Tavares
Como dijimos al principio, Laso no metió a Walter Tavares en el cinco inicial, algo casi inusual. Sería a un minuto de concluir el primer cuarto cuando el caboverdiano saltase a la cancha. Pero el arreón de San Pablo con un parcial de 10-0 nos llevaba al final del primer cuarto con un 16-17.
El segundo cuarto comenzaba con un triple de San Pablo que le colocaba en ventaja en el marcador, pero una canasta de 2 de Llull rompía ese parcial de 14-0 y colocaba las tablas en el marcador de Coliseum burgalés. Otro de los ausentes en el cinco inicial fue Rudy, él cuál se marco un extraordinario partido frente al Villeurbanne. El mallorquín entraba cuando ya se llevaban 14 minutos jugados y un 22-24 en el marcador.
Un mate de Tavares, que empezaba a imponer su ley, colocaba los guarismos en un 22-28, y Peñarroya pedía un tiempo muerto. Los fallos en el tiro de tres estaban siendo preocupantes en San Pablo (5 de 16), lo que les privó de que el marcador se apretase más. Aún así, estos insistían en ese tipo de suerte ante la facilidad defensiva que observaban en los de Laso.
Llegábamos con un +5 para los nuestros (29-34), y con dos equipos muy ofensivos fallando mucho en ataque.
Intensidad defensiva
Tras pasar por vestuarios el tercer cuarto se abría con un triple de San Pablo, pero un Madrid muy intenso en defensa, con unos Deck y Laprovittola muy metidos en el partido, los nuestros se llevaron la ventaja a +13 tras un parcial de 2-13. Si bien los números en ataque estaban muy por debajo en ambos equipos, el Madrid lograba mantener unas ventajas mas o menos cómodas que rondaban por encima de los ocho puntos. La figura de Thompkins iba a ser importante en el tramo final del partido. Un triple de Trey cuando nos acercábamos al último cuarto obligaba a Peñarroya a pedir un nuevo tiempo muerto. El tiro de tres estaba condenando a los burgaleses, que acabarían con un 7/35 (20%). Con 41-56 se llegaba al último cuarto.
Y el Burgos tiró de casta para intentar meterse en el partido con unos Kravic y Cook que intentaron tirar del resto del equipo, y lograban poner la desventaja por debajo de los 10 de diferencia. Pero emergió de nuevo la figura de Rudy para anotar un triple y colocar de nuevo la ventaja en +14 a falta de cinco minutos para el final, lo que obligaba a un nuevo tiempo muerto solicitado por Peñarroya. Los intentos de los locales fueron en vano, pues un rebote recuperado en defensa por Rudy y la anotación de un triple por él mismo en el siguiente ataque dejaban el partido visto para sentencia.
Un 60-74 final que dejaba a los dos equipos por debajo de sus promedios anotadores.
¡¡¡ Hala Madrid siempre !!!
Equipos
San Pablo Burgos 60 (16-13-12-19) : Vitor Benite -13-, Renfroe -2-, Miquel Salvo -2-, Jasiel Rivero -2-, Kravic -14- (cinco inicial). Rabaseda -3-, Cook -5-, Barrera -0-, Sakho -6-, Mcfadden -9-, Horton -4- y Khadim Fall -0-
Real Madrid 74 (17-17-22-18) : Randolph -9-, Causeur -8-, Thompkins -8-, Laprovittola -13-, Abalde -4- (cinco inicial). Rudy Fernández -10-, Llull -8-, Taylor -0-, Deck -6-, Alocen -0-, Tavares -6- y Garuba -2-
Gracias Antonio por la crónica, siempre lo digo estoy seguro que hay muchas páginas dónde se puede leer a gente que escribe mucho mejor que nosotros, al menos mejor que yo, y seguro que con más conocimientos, pero también estoy convencido de que en lo que no nos superan es en el cariño que le ponemos, la ilusión con la que escribimos y el respeto hacia nuestros amigos que nos leen.
No pude ver el partido pero ya tengo una idea clara de lo que ha pasado.
Pero no te acostumbres que “los del basket” vamos a seguir con nuestras crónicas.
Gracias por tus palabras amigo. Sabes que las crónicas de baloncesto son de los que sabéis de esto. Y que seguramente hay gente que lo haría mejor que nosotros, fijo, pero con tanto cariño y constancia lo dudo. Un abrazo y Hala Madrid siempre