“Imagen. Francisco Javier Aguilar García. Fotografía Realmadrid.com”
Queridos socios y amigos de La Gran Familia. Vuelvo a las páginas del blog con una sección nueva, agradeciendo a la directiva la oportunidad que me da para poder divulgar madridismo entre todos vosotros. Comienzo una nueva serie, en la que voy a desgranar la vida y milagros de todos los jugadores que han disputado, al menos, 100 partidos oficiales con la elástica limpia y blanca que no empaña. Se darán datos, cómo no, muchos, claro, conociendo al “personaje”, pero quiero dejar, además de la estadística pura y dura, la cara humana de cada jugador. Quiero dejar, a través de estas páginas, un recuerdo y un homenaje hacia aquellos hombres que, de forma más reiterada, nos han hecho a todos un poco más felices por vestir la camiseta de nuestro equipo del alma.
La metodología es fácil. El orden de aparición será el alfabético. Comenzaremos por Aguilar y finalizaremos con Zunzunegui. Si en algún momento, algún jugador de la actual plantilla llega a los 100 encuentros oficiales, bien se intercalará en la letra correspondiente y, si ésta ya ha pasado, se hará un especial inmediatamente después de cumplir la cifra mágica.
Espero que os gusten las entregas y que, entre todos, aprendamos algo más de nuestro equipo.
¡Hala Madrid!
Francisco Javier “Ico” Aguilar: el extremo que llegaba con el aire del Cantábrico
El fútbol de antes olía a salitre y barro. Había extremos que parecían formados entre la arena húmeda de las playas y los vendavales del norte, con la melena enredada y las botas llenas de cicatrices. Uno de ellos fue Francisco Javier Aguilar García, “Ico” para la historia. Nació en Santander en 1949, estudió en los Escolapios, practicó balonmano antes de entregarse al balón y creció en un entorno familiar serio, acomodado, con un padre abogado que le exigía disciplina y libros además de goles. Fue Laureano Ruiz quien vio en aquel chaval algo más que zancada: vio un futbolista.
Con el Racing de Santander escribió sus primeras páginas de historia. No hablamos de fuegos artificiales, sino de goles con valor simbólico: uno que devolvió al Racing a Segunda División en 1970, otro que entró en los archivos como el número 2000 del club cántabro. Son detalles que cuentan más que cien regates en un amistoso: cuando un gol se recuerda por décadas, es porque tiene peso en la memoria colectiva.
El verano de 1971 le cambió la vida. El Real Madrid, herido tras el adiós de Amancio y Gento, necesitaba savia nueva y fichó a tres norteños de una tacada: Santillana, Pedro Corral e Ico Aguilar. Adivinen quién acaparó portadas y quién acabó en letra pequeña. Exacto: la historia suele olvidarse de los obreros del fútbol, de los que no se tatúan su propio nombre en el antebrazo. Ico no fue la estrella mediática, pero fue el compañero perfecto: veloz, elegante, con regate y un centro medido al milímetro. Fue ese futbolista de fiar que hace brillar al delantero centro. Santillana, eterno goleador, supo cuánto debía a aquellos balones llegados desde la derecha con la precisión de un reloj suizo que se había criado en el Cantábrico.
En ocho años de blanco, Ico jugó casi doscientos partidos, marcó alrededor de medio centenar de goles y levantó cinco Ligas y dos Copas del Generalísimo. No estaba en todas las portadas, pero sí en todas las celebraciones. Su papel fue ingrato: el del actor secundario que hace que la película funcione, aunque el foco lo ilumine siempre otro rostro.
La selección española lo convocó tres veces. Poco, demasiado poco para lo que ofrecía su fútbol. Debutó en Granada en 1971, contra Chipre, en un 7-0 que hoy sería carne de GIFs y debates televisivos. Marcó un gol, jugó con descaro y pareció anunciar una carrera internacional larga. No fue así: España era entonces un avispero político, deportivo y federativo, y muchos jugadores se quedaron por el camino. Entre ellos, Ico.
Tras dejar Chamartín, pasó por el Sporting de Gijón y el Rayo Vallecano, hasta retirarse en 1983. Allí donde estuvo, dejó su sello de extremo clásico: encarar, centrar, levantar la cabeza. Hoy, que nos venden como revolucionario al “falso nueve”, parece ciencia ficción que antes existiera el “verdadero extremo”, un tipo que corría la banda y servía el gol en bandeja. Blanco y en botella.
Colgadas las botas, probó en los banquillos —dirigió al Alcalá y al Logroñés—, sin lograr la repercusión que tuvo como jugador. En 2007 recibió la Insignia de Oro del Racing, junto a Santillana y Corral, cerrando el círculo con el club que lo había visto nacer. Fue un homenaje sincero: el Racing no olvida a sus hijos.
Pero Ico era más que fútbol. Estaba casado con Eva, tenía dos hijos, Daniel y Virginia, y nietos que lo rodeaban en sus últimos años, entre ellos Belén y Rodrigo. Dicen que era un hombre elegante, discreto, pero con sentido del humor y opiniones firmes. No tenía miedo de decir lo que pensaba, incluso aunque incomodara. En el hospital, enfermo de cáncer, pidió que le pusieran los himnos del Racing y del Real Madrid. Quería irse acompañado de la música de sus dos casas. Y así lo hizo, el 11 de mayo de 2020, en Madrid, a los 71 años.
Sus detractores lo tacharon de frío; sus amigos lo recordaron como dicharachero, directo, gracioso. Quizá fue ambas cosas: reservado hacia fuera, cálido hacia dentro. Un jugador con clase y un hombre con arraigo.
Con su muerte se fue un pedazo del fútbol sencillo, el que no necesitaba algoritmos ni redes sociales para brillar. Ico no presumió de estadísticas avanzadas ni de “expected goals”: le bastaba con correr, mirar al área y poner la pelota en el sitio exacto. Así de fácil, así de difícil.
La memoria de Francisco Javier “Ico” Aguilar es la de un futbolista eficaz y un hombre digno. Un tipo que llevó siempre el aire del Cantábrico en las botas y la serenidad en el gesto. Ni tatuajes, ni selfies, ni marketing. Solo fútbol. Y eso, en tiempos como estos, es casi revolucionario.

Aguilar con la segunda equipación del equipo durante un encuentro del equipo en los años 70. Fotografía Facebook Fútbol de los 70.
La ficha de sus datos en el Real Madrid, extraídos de la obra “Veteranos y Noveles” (Geoplaneta 2023) de un servidor de ustedes, son los siguientes:
NOMBRE: Francisco Javier Aguilar García.
POSICIÓN: Extremo derecho.
NACIMIENTO: 26 de marzo de 1949.
LUGAR DE NACIMIENTO: Santander (Cantabria) España.
FALLECIMIENTO: 11 de mayo de 2020.
NACIONALIDAD: España.
DEBUT: 15 de agosto de 1971, amistoso, R. Madrid-Red Stars París, 3-0.
DEBUT OFICIAL: 5 de septiembre de 1971, Liga, R. Madrid-Betis, 2-0.
ÚLTIMO PARTIDO: 30 de junio de 1979, Copa (final), R. Madrid-Valencia, 0-2.
TEMPORADAS: 8
PARTIDOS OFICIALES: 190
LIGA: 144
COPA: 28
COPA DE EUROPA: 8
RECOPA: 4
COPA DE LA UEFA: 6
VICTORIAS: 96, EMPATES: 51, DERROTAS: 43
TITULAR: 147
SUPLENTE: 43
SUSTITUDO: 31
MINUTOS: 13.402
PARTIDOS COMPLETOS: 116
PARTIDOS AMISTOSOS: 61
GOLES: 50
PRIMER GOL: 5 de septiembre de 1971, Liga, R. Madrid-Betis, 2-0.
ÚLTIMO GOL: 24 de junio de 1979, Copa, R. Madrid-Sevilla, 2-1.
DOBLETES: 5
ASISTENCIAS: 32
INTERNACIONAL: 3 veces con España.
TRAYECTORIA: Racing de Santander, Real Madrid, Sporting de Gijón, Rayo Vallecano.
TÍTULOS CON EL REAL MADRID:
5 Ligas.
2 Copas.
Muchas Gracias por esta sección, a si nos enteramos de toda nuestra historia Madridista y de sus jugadores.
Enhorabuena por todas vuestras aportaciones y secciones que nos ayudan a formarnos cada día en nuestro sentir Madridista.
Muchas Gracias desde Malaga.
Alfonso Morales Garcia
Futuro socio de esta magnífica entidad
La Gran Familia.
!!! Hala Madrid. !!!
Si, recuerdo muy bien a Javi Aguilar, vino al Real Madrid con Carlos Santillana en 1971 cuando yo tenía 20 años y me acababa de ir a Inglaterra a estudiar. No tuvo tanta suerte como su paisano pero fue un complemento ideal como extremo derecho. El equipo se estaba renovando con jóvenes promesas como ellos que pronto reemplazaron a estrellas como Amancio, Grosso, Velazquez, Pirri, Zoco etc.
Gran homenaje a un buen Futbolista, no le conocía pero ahora le tendré presente. Gracias por compartir su historia, nuestra historia.
Hola Javier, Francisco Aguilar no llegó al Madrid tras la salida de Amancio como comentas, coincidieron 4 temporadas en el primer equipo. Jugaron muchos partidos juntos, Aguilar de extremo derecho y Amancio de interior.
El mejor recuerdo que tengo de Aguilar, es un golazo de tiro lejano a la portería del fondo norte, en los últimos minutos, que nos dio la victoria en un derbi contra el atlético Madrid en 1974.
Gracias Javier, seguiremos tus entregas, que seguro nos harán disfrutar mucho
Gracias por esta sección Javi. Espero que nuestros socios sepan valorarla y disfrutar de ella. Y si no son capaces a esperar los próximos capítulos, les recomiendo hacerse con tu magnífico libro. Un abrazo grande y Hala Madrid siempre!!!
Gracias Javi por estar de vuelta con nosotros. Estoy seguro que nos vas a deleitar con tus artículos y refrescarnos un poco la memoria. Siempre recordaré un gol de Aguilar en El Molinón en un tiempo donde ese campo era muy hostil.