“Imagen. Agustín Rodríguez Santiago. Fotografía Historias Madridistas Blog.spot.com”
Hay porteros que se hacen eternos en un instante —una estirada, una tanda de penaltis, un milagro televisado— y hay otros cuya grandeza reside en la discreción, en estar siempre preparados aunque la cámara no los quiera. Agustín Rodríguez Santiago, nacido en Marín en 1959 y criado en Vigo, pertenece a este segundo linaje: el del guardián invisible que sostiene al gigante sin exigir su cuota de luz.
La historia empieza en Galicia, donde el pequeño Agustín creció entre ocho hermanos en una casa en la que el balón no era religión. Su padre prefería la caza y la pesca; su madre, la vida de familia. Y sin embargo, la sangre ya traía un destino: dos tíos porteros, José “Sansón” Santiago Pereira y Carlos Santiago Pereira, este último guardameta del Valencia y del Atlético, habían abierto una senda entre guantes. Él, que de niño soñaba con jugar de delantero, acabó bajo palos casi por accidente, como tantos porteros que empezaron porque “faltaba uno”.
El Real Madrid lo reclutó a los quince años y allí fue escalando categorías: Infantil, Juvenil, Amateur y Castilla. Con el filial vivió la epopeya de la final de Copa del Rey de 1980, ese fenómeno irrepetible en el que el Castilla se plantó en la final contra el primer equipo. Aquel 6-1 a favor del Madrid mayor fue una goleada con honores: “Sabíamos que íbamos a perder, pero aquello era histórico. Fue la primera vez que me vi en un escenario así y pensé: este es mi sitio”, recordaría años después.
Su debut oficial con el primer equipo llegó en abril de 1981 contra el Salamanca, cuando Mariano García Remón se lesionó. Fue la típica oportunidad que aparece de golpe y que, si fallas, te sepulta para siempre. Agustín respondió con la serenidad que lo caracterizó. Dos años más tarde, la temporada 1982-83 lo convirtió en protagonista: fue titular indiscutible, completó una campaña soberbia y se llevó el Trofeo Zamora al portero menos goleado de la Liga. “El portero del Real Madrid que menos goles encajó en España. Y, sin embargo, la gente parece olvidarlo”, diría él mismo con una mezcla de orgullo y resignación.
Pero la portería del Madrid siempre fue un coliseo romano. En los ochenta convivió con Miguel Ángel, García Remón, Ochotorena y más tarde con Buyo. En cualquier otro club habría sido dueño y señor de la portería; en Chamartín, la alternancia era la ley. “Ser portero suplente en el Madrid es lo más difícil que hay: tienes que estar siempre preparado y, cuando sales, no puedes fallar. Si fallas, desapareces”. No lo decía con amargura, sino con la sobriedad de quien entiende su oficio.
En 1986 defendió la portería en la final de la Copa de la UEFA ante el Colonia. Fue también internacional olímpico en Moscú 1980, aunque nunca llegó a debutar en partido oficial con la absoluta.
En 1990, tras una década en Chamartín, aceptó el reto del Tenerife. Allí se encontró con otra vida: el clima, la afición, la oportunidad de jugar más. Hubo lesiones, partidos grises y también noches de gloria. Formó parte de la plantilla que consiguió el primer billete europeo del club, el famoso “EuroTenerife”. En 1994 se retiró, con 131 partidos en Primera y un palmarés más que respetable.
Agustín era un portero sobrio, de grandes reflejos y dominio aéreo gracias a su 1,92 de estatura. No necesitaba la estética de los vuelos imposibles: paraba porque era su obligación, no porque hubiera cámaras. Quizá por eso la memoria blanca lo recuerda menos que a otros.
En lo personal, fue un hombre discreto. Se casó por lo civil en una época en la que aquello levantaba cejas y, cuando colgó los guantes, rehuyó la nostalgia impostada. Se dedicó un tiempo a entrenar porteros en Tenerife, trabajó como comentarista en Telemadrid y hasta se dejó tentar por la vida institucional del club, apoyando a Arturo Baldasano en las elecciones de 2006. Pero nunca hizo de su carrera una cruzada. Prefirió la normalidad, esa palabra tan rara en el fútbol.
Hoy, Agustín vive alejado de los focos. No necesita recordar cada semana que fue portero del Real Madrid: lo fue, y con honores. Fue el Zamora, fue campeón de Europa, fue protagonista en noches que aún laten en el Bernabéu. Pero sobre todo fue un profesional paciente, sólido, un portero de mármol. Y sin mármol, ya se sabe, no hay templo.
Sus datos en el Real Madrid, sacados del libro “Veteranos y Noveles” (Geoplaneta 2023), de un servidor de ustedes, son los siguientes:
NOMBRE: Agustín Rodríguez Santiago.
POSICIÓN: Portero.
NACIMIENTO: 10 de septiembre de 1959.
LUGAR DE NACIMIENTO: Marín (Pontevedra) España.
NACIONALIDAD: España.
DEBUT: 20 de junio de 1980. Amistoso, Colombia-R. Madrid, 0-0.
DEBUT OFICIAL: 4 de abril de 1981, Liga, Salamanca-R. Madrid, 1-3.
ÚLTIMO PARTIDO OFICIAL: 25 de abril de 1990, Liga, Osasuna-R. Madrid, 0-2,
ÚLTIMO PARTIDO: 23 de mayo de 1990, Copa de las Naciones, R. Madrid-Selección CONCACAF, 2-0
TEMPORADAS: 11
PARTIDOS OFICIALES: 123
LIGA: 76
COPA: 20
SUPERCOPA DE ESPAÑA: 2
COPA DE LA LIGA: 4
COPA DE EUROPA: 5
RECOPA: 8
COPA DE LA UEFA: 8
VICTORIAS: 72, EMPATES: 27, DERROTAS: 24
TITULAR: 118
SUPLENTE: 6
SUSTITUDO: 3
MINUTOS: 10.715
PARTIDOS COMPLETOS: 115
PARTIDOS AMISTOSOS: 48
GOLES ENCAJADOS: 125
PARTIDOS IMBATIDO: 45
INTERNACIONAL: No.
TRAYECTORIA: Categorías inferiores del Real Madrid, Castilla, Real Madrid, Tenerife.
TÍTULOS CON EL REAL MADRID:
5 Ligas.
2 Copas.
2 Supercopas de España.
1 Copa de la Liga.
2 Copas de la UEFA.
1 Trofeo Zamora.
Buena historia! Estar tanto tiempo en el Real Madrid tiene mucho mérito. Grande Agustín!
A los que ya tenemos cierta edad seguramente no nos hace falta que nos recuerden a estos grandes jugadores que pasaron por nuestro club, porque sí, cada uno a su modo fueron grandes, y Agustín lo era, y no sólo por su estatura, también fue un grande bajo palos, y sus 11 temporadas en el club lo ratifican. Por eso decía que a los de cierta edad quizá no nos hagan falta estos artículos para recordarles, pero son un regalo para las nuevas generaciones. Por eso, muchas gracias Javi por esta sección y recordar a los que defendieron nuestro escudo. Un abrazo grande y Hala Madrid siempre!!!
Meritorio que llegara a jugar 123 partidos oficiales, teniendo a parte de la afición madridista en contra, si ya es complicado el runrún del Bernabéu, más lo debio ser para un portero.
Marcado por la derrota contra el Kaiserslauten 5 a 0 el 17.3.1982 en una noche de lluvia y barro, donde dijeron las malas lenguas, acabo con el uniforme impoluto.
Guardameta del Tenerife en las dos ligas que allí se perdieron. Se puso en duda por nuestro máximo rival, su integridad por su pasado madridista, pero demostró su profesionalidad defendiendo al equipo al que pertenecía, para desgracia nuestra.