“En la imagen, El increíble ha vuelto, Llull volvió a levantar el palacio liderando la remontada blanca cuando los valencianos más apretaban. Fotografía Javi Gordo”
El Madrid cumplió con el objetivo y se pone 2-0 en la serie de semifinales que ahora viaja a Valencia. Partido con menor acierto que el disputado hace 2 días pero que demostró la diferencia entre ambos equipos, sobre todo cuando todos están a su nivel, y en este partido volvió Llull.
Real Madrid 79 Valencia 66
Hala Madrid…
Comienzo igualado.
El entrenador de Valencia había hecho un símil con el tenis y nosotros nos habíamos pedido a Nadal, nuestro campeón había hecho su parte venciendo en tres sets a Federer en semifinales de su torneo favorito, la tierra de Roland Garros veía como su rey se merendaba a su histórico rival para poder luchar por su duodécima corona. El Madrid no quería dejar que los valencianistas “creyesen”, el Madrid quiere también luchar por su corona y más tras los varapalos sufridos este año (el ROBO y la decepción en la Final Four)
El partido comenzó igual de intenso que el jugado 48 horas antes, el Madrid defendía fuerte pero el acierto no era el mismo, pese a los buenos minutos de Rudy, exhibiéndose en distintas suertes (triple, asistencia para que Tavares machacase el aro, robo en defensa), no había continuidad en ataque, era difícil igualar lo sucedido en el primer partido con veinte puntos en cinco minutos, esta vez, exactamente la mitad en el mismo tiempo.
Despegue naranja
El Valencia aprovechó un tiempo muerto para romper la igualdad inicial, en un abrir y cerrar de ojos, San Emeterio con una canasta increíble a aro pasado y un triple rompían hostilidades, de ahí al final del primer cuarto un 2-10 que daba la primera ventaja seria a los “naranjas” en la eliminatoria.
La ventaja subió a los 11 puntos en el segundo cuarto, eran minutos en los que el Madrid no lograba ver el aro, Deck chocaba con los defensores valencianistas en sus intentos de penetración y Causeur no parecía el mismo jugador de los últimos meses, fallaba triples liberados y no era capaz de encontrar el huevo a su letal penetración de izquierdas, los pocos aficionados valencianistas en las gradas cantaban un “si se puede” (quizá más con el corazón que con la cabeza.
Llull, Llull, Llull
Pero este equipo tiene demasiadas balas como para venirse abajo por una mala racha, Thompkins, Carrol y Llull salen a escena, el ala-pivot es el primero en avisar que si querían robarnos el factor cancha iban a tener que sudar y mucho, dos triples suyos en plena fase de acierto valenciano impidieron que se abriera aún más la brecha, pero no era suficiente, Jaycee estaba muy bien marcado, la defensa se cerraba sobre él para que no recibiese, y fue en esas circunstancias cuando apareció el 23.
El increíble recordó, aunque quizá habría que decir “nos recordó”, quién es el mejor jugador europeo a este lado del charco (sí ahora tiene que compartir luces con ese chico esloveno que nos ha robado el corazón a todos los madridistas), primero con dos acciones de canasta más personal (no pongo 2+1 porque precisamente el fallo en el tiro libre impidió el +1) y luego la gran locura, dos triples (o mandarinas) para igualar el partido, y uno más para cerrar el cuarto ante la locura de un palacio entregado, había muchas ganas de volver a corear el nombre del menorquín “Llull, Llull, Llull…” acompañó la salida de jugadores a vestuarios (42-36)
Volando
El tercer cuarto nos trajo de vuelta la magia del equipo, muchos clásicos de la temporada, el Facu haciendo magia, Randolph anotando – incluyendo un triple que abría el periodo – Taylor sumando en ambas canastas y Tavares sembrando el terror en la zona. Las ventajas no hacían más que aumentar hasta llegar a los 17 puntos (recuerdo que habíamos estado 11 abajo menos de 10 minutos antes) el partido parecía visto para sentencia.
Hablaba de clásicos de la temporada, y fue el momento de otro de ellos, “la sinrazón arbitral”. De buenas a primeras ya no había faltas en la defensa con los brazos de los valencianos, de nuevo los árbitros se negaban a revisar jugadas en el “instant replay” cuando estas podían favorecer a los madridistas, solo se veían infracciones en ataque madridistas… El Madrid debe ser capaz de sobreponerse a esta situación, pero nos afecta, nos llega a sacar del partido, supongo que en la cabeza de los jugadores pesa demasiado las afrentas sufridas.
Reyes a 1000
Valencia lo aprovechó, cómo no, y lograron ponerse a solo 11 puntos, pero volvió la rabia del Madrid y tras tiempo muerto los últimos 30 segundos del tercer cuarto bastaron para finiquitar el partido, canastón de Ayon y robo de Thompkins para triple de Campazzo al contragolpe, 68-52, una losa demasiado pesada para los visitantes.
En el último cuarto el Valencia había bajado los brazos y el Madrid no quiso hacer sangre, no lo necesitaba, así que lo único reseñable fue la salida del capitán, Reyes cumplió 1000 partidos defendiendo nuestro escudo (honrando podríamos decir) y el palacio le dedicó la ovación que se merece. Todavía le tenemos que ver levantando trofeos en esa imagen ya clásica para el madridismo. Gracias Felipón.
… y nada más
Anotadores
79 – Real Madrid (14+28+26+11): Randolph (9), Rudy (7), Campazzo (9), Tavares (5) y Taylor (11) -equipo inicial-, Causeur, Ayón (10), Reyes, Llull (13), Carroll (4), Deck y Thompkins (11).
66 – Valencia (22+14+16+14): Labeyrie (4), Dubljevic (12), Vives (7), Sastre (5) y Doornekamp (2) -equipo inicial-, Abalde (3), Diot (2), Van Rossom (2), Thomas (10), Tobey (12), San Emeterio (7) y Martínez.).