Como no podía ser de otra manera, nuestra Peña se une al sentir de todo el madridismo por el fallecimiento del que ha sido el jugador más grande de la historia de nuestro, y para muchos (entre ellos mi ya fallecido padre), él Mejor Jugador de la Historia del Fútbol. Durante su carrera además ejerció como entrenador de nuestro primer equipo y en los últimos años fue nuestro Presidente de Honor.
El presidente de Nuestra Peña, Gerardo A. Tocino, ha mandado al club una carta de condolencia con el siguiente texto:
Querido presidente y amigo:
Ante el Fallecimiento de Nuestro Jugador y Presidente de Honor, Don Alfredo Di Stéfano Laulhe,
Como presidente de la Peña Madridista La Gran Familia, en mi nombre y en el de los socios de dicha Peña, nos sentimos unidos a su dolor.
Al mismo tiempo manifestamos nuestro más sentido pésame a usted y a la familia, y a todos los seguidores del club al que representa. Su esfuerzo y la gran aportación que realizó al fútbol en general y al Real Madrid CF en concreto, es un motivo para seguir trabajando por el Club. Esperamos que su recuerdo y su tesón sean para nosotros ejemplos a seguir.
También quiero manifestarle como creyente que soy que rezamos a Dios por el eterno descanso de su alma. Toda recompensa que pedimos para él por el trabajo realizado en su vida.
Gerardo A. Tocino Pérez
Por otro lado, yo como responsable de este Blog, me gustaría tener unas palabras de cariño y admiración para este hombre del que siempre mi padre me habló maravillas. No destacaba en solitario solo por su calidad y faceta de jugador total, sino también en la capacidad de liderazgo para tirar del equipo en el los momentos complicados. Curioso que ambos sí han llevado poco tiempo en marcharse de este mundo. Recuerdo que cuando en el mes de noviembre le entrego a mi padre la insignia de Oro y Brillantes, tuvieron una breve conversación en la que mi padre le dijo a Don Alfredo señalando la insignia “Esto Es lo más grande del mundo” y Don Alfredo señalando Una insignia del Oso y el Madroño que mi padre llevaba en la solapa, le dijo ” Y eso también amigo ” . Y es Que Don Alfredo, aunque Argentino, era un madrileño más. Descanse en paz.
Antonio Armero Rodríguez
Por hacerse una idea de lo que supuso la presencia de Alfredo di Stéfano en Chamartín, "la fábrica" (como él mismo definió y no la antigua Ciudad Deportiva o la nueva, como algunos creen), sirvan estos datos: la historia de la Liga tenía hasta entonces un orden ganador con el Barcelona a la cabeza (seis títulos), Athletic Bilbao (cinco), Atlético de Madrid (cuatro), y Valencia (tres). Para el Real Madrid solo dos Ligas seguidas de 1931 a 1933. Veinte años sin ganar una Liga. El vuelco llegó con Di Stéfano y fue de órdago a la grande: Real Madrid a la cabeza (once títulos) seguido del Barcelona (ocho) y el Bilbao (seis). Los demás como estaban antes. Fueron años de exhibiciones continuadas y de delirio, con la Copa de Europa en medio y la "marca España" del Real Madrid paseando su fama como embajada itinerante por todo el mundo.
El pasado viernes día 4 la Peña Madridista de Riaza celebró su cena aniversario (XXII) en el restaurante-asador Plaza de Riaza. A los postres de la cena, Antonio Ruiz, invitado de honor de la velada madridista, invitó a todos los asistentes a brindar por el cumpleaños de su compañero y amigo Alfredo di Stéfano. Todos los socios peñistas y madridistas puestos en pie ovacionaron y vitorearon a La Saeta largamente, sin poder sospechar, lógicamente, que horas más tarde sería ingresado en la UVI del hospital Gregorio Marañón de Madrid donde falleció el lunes. Fue el último homenaje de nuestra Peña a quien precisamente la inauguró oficialmente hace exactamente 22 años, un 22 de noviembre de 1991. Algo de lo que ya siempre podrá "presumir" sana y felizmente la Peña riazana con su presidente Gregorio Martín y vicepresidente José María Gonzalo a la cabeza.
Alfredo ya era antes del lunes leyenda viva y mito del madridismo. Ahora estará para siempre entre nosotros. Su recuerdo redoblará nuestra pasión madridista aún más si cabe. Eso es lo que él querría. Gracias por todo MAESTRO, por habernos hecho madridistas a muchos y por habernos hecho tan felices durante tanto tiempo, antes y ahora.
Alfredo di Stéfano, argentino de cuna, madrileño de adopción y madridista de corazón, como él mismo se declaraba, descanse en paz. Vos fuisteís el más grande de todos nosotros.
Aquella pasión infantil por el Real Madrid y Di Stéfano no pasó desapercibida para mis padres, quienes por intermediación cómplice de mi hermana mayor, Tita, nos hicieron socios del club a mi hermano Goyo y a mí con motivo del aniversario de los primeros 60 años de historia del Real. Y así hasta hoy. Quién me íba a decir a mí que aquél ídolo de mi infancia y adolescencia con el transcurrir del tiempo me pondría en el ojal de la solapa de mi chaqueta la insignia de oro por mis 50 años de socio. Fue apenas hace dos años. Antes ya habíamos coincidido en diferentes lugares: viajes, eventos de la Fundación y, sobre todo en Valdebebas, donde no solía faltar a ningún partido del Castilla en el estadio que lleva su nombre hasta hace pocos meses. Siempre atentísimo, amable, dicharachero y socarrón, rodeado de sus compadres Santamaría, Pachín, Santisteban, Ruiz, Gento, Miera, Amancio…El fútbol de la cantera blanca siempre le apasionó, y recuerden que siendo entrenador de nuestro equipo él fue quien apadrinó a aquella famosísima "quinta del buitre" que su amigo Amancio moldeó anteriormente en el Castilla.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua bien podría adoptar una nueva definición para la palabra "fútbol": Alfredo di Stéfano. Porque eso representaba don Alfredo, el fútbol en estado puro. Fue, ha sido y será el mejor futbolista de todos los tiempos (ni sus contemporáneos Pelé, Eusebio o Kubala, ni Cruyff, Maradona, Cristiano o Messi se le pueden igualar) y uno de los mejores deportistas de la historia. Sus once años como jugador del Real Madrid son inolvidables. Su llegada a Chamartín en 1953 fue providencial para el equipo y cambio la historia y el destino del club junto al presidente don Santiago Bernabéu. Fue un pionero, un innovador, un adelantado a su tiempo. Un genio. Su legado es impresionante y el sello de su carácter ganador y luchador, ése no rendirse jamás, permanece intacto en la entidad deportiva más laureda del mundo.
Fue increíble la forma en que se adaptó a sus compañeros y a la ciudad de Madrid tras su llegada. Se entregaba en los entrenamientos (yo tuve el privilegio de presenciar muchos de ellos los jueves por la mañana de cada semana en el Bernabéu) igual que en los partidos de competición. Mi padre, mi maestro de la vida y de todo, que curiosamente guardó siempre un gran parecido físico con La Saeta Rubia, aunque mucho más taurino que futbolero, me decía de pequeño, "Hijo, tú tienes que jugar como Di Stéfano, chuta-gol, y correr como Gento". ¡Son tantos los recuerdos!
Don Alfredo di Stéfano, el más grande de todos, "me hizo" madridista apenas tuve uso de razón. Aquellas imágenes de fútbol que ofrecía el noticiero NO-DO en los cines de sesión doble y continua (Chamartín, Murillo, Versalles, Savoy, Tetuan, Europa, Lido, Cristal, Metropolitano) próximos a la casa de mis padres en la calle Bravo Murillo madrileña, eran tan bellas como impactantes. Las primeras Copas de Europa, partidos relevantes… y allí, siempre, destacaba la figura erguida y elegante de don Alfredo, uniformada de un blanco impoluto, que ponía el balón en movimiento con el saque incial a un ritmo acompasado de una plástica natural apabullante, no rebuscada. No tenían color las imágenes, ni se había inventado la cámara lenta. No hacia falta. Era el ritmo elegante y cadencioso de Di Stéfano el que dejaba con la boca abierta y llena de admiración a todos los niños de mi generación. Salir del cine y coger la pelota más a mano para emular las jugadas del pibe argentino era lo habitual entonces. A la hora de "echar" un partido con los niños vecinos o los compañeros del cole en los recreos, primero echábamos a pies, elegíamos a los integrantes de cada equipo, y cada uno nos "pedíamos" el nombre de nuestro jugador favorito: "yo me pido Di Stéfano", decíamos casi al unísono. Él era el preferido por todos.
Yo tuve la suerte de verlo jugar en River Plate y creo que fué el más grande del futbol argentino y luego europeo, también cuando fué director técnico de Boca pude conversar con él en varias oportunidades. Gran hombre. Un abrazo. Roberto Pini Tocino.
Gerardo los resultados miden el valor de unos jugadores en lo físico, pero Don Alfredo inculcó al Club otros valores mucho más importantes, que con el tiempo se van perdiendo.
Excepcional, inmenso, ¡¡que grande Don Alfredo di Stéfano!!.
Siempre he vivido ansioso de ver imágenes de quien mi padre relataba
tan fantásticas hazañas. Poseedor de unas cualidades que a mi entender
en su conjunto ha sido único e irrepetible. Por muy poco no llegué a verle
jugar en directo en el Bernabeu, pero mi admiración hacia él era tal, que incluso
recuerdo cuando a los catorce años jugando al fútbol me dijo un hombre que le recordaba
en la forma de correr a di Stéfano. Evidentemente solo debía ser en la forma de correr.
Mas recientemente un ex-arbitro y actual colaborador de la F.M.F. me comentaba que el
record de espirometria de la Federación Madrileña lo sigue ostentando Don Alfredo.
Sin duda la historial del Real Madrid no hubiera sido igual sin él.
Creo que muy pocos personajes en la historia de la humanidad poseen la fuerza física, mental
y espíritu de Don Alfredo. Por muchos genios y figuras del arte, la política, la guerra, la paz,
la investigación, inventores, etc. me atrevería a decir que “La Saeta Rubia” tiene algo que le hace
diferente y de una forma u otra siempre estará entre nosotros.
Estoy convencido de que Dios ha querido que presencie la Décima como hombre y ahora le dejará
seguir jugando desde el Cielo.
José Luis tienes mucha razón, pero la sociedad cambia y el Club también tiene que cambiar, para lograr esos resultados no solo es importante lo físico, valores como: raza, ilusión, ganas, lucha, unidad, compañerismo, son imprescindibles para jugar en equipo, y en el fútbol si no se juega en equipo, no llegan esos resultados.
Creo que es muy bonito y dice a las claras tu sentimiento hacia Don Alfredo, que es el mismo de todos los seguidores. Muchas gracias.
Amigo Gerardo:
No sabes lo que te perdiste por no haberle visto jugar, lo único que puede alegrarte es que eres más joven, yo si que le ví y te aseguro que no tiene nada que ver con esos otros con quienes pretenden compararle, pero vamos, ni de lejos. D. Alfredo era el fútbol hecho persona, jugaba para todos y hacía jugar a todos, era el más sabio, el más fuerte, el más hábil, el más poderoso y también el más generoso, en una palabra ¡EL MÁS GRANDE! Yo fuí futbolista porque mi admiración hacia él me llevó al fútbol, y soy del Real Madrid por lo mismo. Fíjate si tengo cosas que agradecer al Maestro y además el haberle visto jugar que es lo más grande que puedo haber presenciado en fútbol en toda mi vida.
No hay discusión es el Belmonte del fútbol. El fútbol era una cosa antes de D. Alfredo y después de él otra muy distinta. El fútbol moderno está hecho a imagen y semajanza de Di Stéfano, enteriormente era un deporte estático y de patada y adelante y él lo transformó.
Un abrazo amigo y ¡HALA MADRID!.
Grande José Luis, ya te lo he dicho particularmente pero que sea público. Como empieces a honrarnos con tus comentarios en este blog… va a subir mucho el nivel. Hace un año más o menos me habían venido al pelo aquí tus comentarios en el tema que ya sabes pero bueno varios de los que te publicaron en prensa ya los reflejé yo aquí en tu nombre (citándote como el gran madridista que eres).
Se notan las vacaciones, Don Alfredo se merecía un sin fin de comentarios, pero los asiduos al Blog no los veo. Me uno a los positivos calificativos que han hecho a su persona, es mucho lo que le tenemos que agradecer los madridistas. ¡¡¡Don Alfredo, D.E.P.!!!