Los jugadores posan con la copa que les acredita como campeones del mundo. fotografía realmadrid.com |
El Real Madrid, campeón de la Copa Intercontinental por quinta vez en su historia
El Real Madrid se ha proclamado campeón de la Copa Intercontinental por
quinta vez en su historia y consigue una hazaña nunca vista en el
baloncesto europeo: ganar los cinco títulos más importantes en un año:
el repóker, con Euroliga, Liga, Copa del Rey, Supercopa Endesa y Copa
Intercontinental. Una temporada inolvidable que ha terminado de la mejor
manera posible.
El rival, el equipo brasileño Bauru Basket, ha sido un rival durísimo y
ha contado con el apoyo incondicional de su público así como una
vergonzosa ayuda arbitral.
El arbitraje que ha recibido el Real en los
dos partidos ha sido un ultraje en toda regla. Sergio Llull ha recibido
el premio al mejor jugador del torneo. Mención especial para Jaycee
Carroll, Ayón, Nocioni y Thompkins. Rudy solo pudo jugar el primer
partido y Taylor fue baja en los dos choques.
El Real Madrid perdió el primer partido por 91 a 90 en un partido muy
extraño en el que los de Laso llegaron a vencer por hasta 17 puntos
(42-59). Sergio Llull fue el mejor del Real con 17 puntos y 19 de
valoración.
El primer cuarto fue de tanteo, con poca defensa y mucho dinamismo en
los ataques de ambos equipos. En apenas 10 segundos se buscaba la
canasta. Los dos equipos se alternaban en el liderato, hasta que el
acierto local desde el triple les dio una mínima ventaja (14-10).
Reaccionó el Real, con Carroll como hombre más destacado, para llegar a
dominar por 3 al final de los primeros 10 minutos (19-22).
Fischer comandó a Bauru en un espectacular inicio de segundo cuarto. Con
un parcial de 8-0, basado sobre todo en una mayor agresividad defensiva,
el equipo de Guerra se vino arriba para algarabía del Gimnasio
Ibirapuera (27-22). El Madrid estaba comenzando a entender que el torneo
iba a ser muy duro. Ya no solo por el rival sino por un arbitraje
calamitoso.
La entrada del joven Doncic y el veterano Nocioni fue vital para que el
Real recuperara sensaciones y la delantera en el marcador. El parcial,
de 3-15, esta vez favoreció a los merengues, quienes llegaron al
descanso venciendo por 7, 30-37.
Felipe Reyes y Gustavo Ayón se las
veían y se las deseaban para coger la posición en la zona. Llull y el
Chacho eran agarrados en cada ataque, pasar un bloque por delante era
casi misión imposible. Los brasileños daban cera de la linda y el Real
iba a tener que dar el 100% para llevarse la Copa a casa.
Laso explicó a los suyos que la mejor manera de no recibir golpes es no
exponerse a ellos. Por eso, en la reanudación, dio a Sergio Llull la
dirección del equipo. El de Mahón, con un juego eléctrico y un acierto
brutal desde la línea de 3, dio vida al Madrid. Dos triples de Sergio y
otros dos de un finísimo Jaycee Carroll, más otro estratosférico de
Rudy, dejaron KO al Bauru Basket en solo 6 minutos (42-59).
Fueron los
mejores minutos del Madrid, bajando el culo en defensa y corriendo a la
contra para no dejar posicionarse a los locales.
En ese momento de zozobra local, el arbitraje decidió intervenir, esta
vez de manera definitiva. Dando alas a los locales, permitiendo su
defensa ilegal, cortando los ataques del Madrid con faltas en ataque de
risa, invenciones de pasos inexistentes, técnicas... un despropósito que
sacó al Madrid de quicio. El exmadridista Hettsheimer, con tres triples
seguidos lideró una reacción insólita. Al final del tercer cuarto el
Real solo vencía por 3, 59-62. Ver para creer. Triples que entraban uno
tras otro, a pesar de la buena defensa del Madrid.
Sergio Llull MVP de la Intercontinental. fotografía real madrid.com |
Ataque tras ataque, los locales se acercaban gracias a los triples de
Hettsheimeir (27 puntos al final). En defensa, con una displicencia
arbitral nunca vista, los brasileños rozaban las agresiones para robar
balones, dificultar tiros o calentar a los blancos. Así, el Madrid se
vino abajo y solo su acierto final le permitió seguir con vida en el
torneo.
Los brasileños tiraban de 3 desde cualquier posición y los tiros les
entraban. Menos mal para el Real que Thompkins y Sergio Rodríguez
pusieron la anotación en un final agónico, en el que los brasileños se
llevaron el choque tras una gran jugada final. El Madrid, apaleado y
cansado, no se entregó nunca, consciente de que el segundo partido sería
otra historia. Y así sería.
BAURU BASKET 91 (19+11+29+32): Fischer (12), Álex García (12), Jefferson
(10), Hettsheimer (27) y Day (8) --cinco inicial--; Boracini (2), Gui
(3), Mineiro (2) y Meindl (15).
REAL MADRID 90 (22+15+25+28): Llull (17), Rudy (8), Carroll (18),
Thompkins (12) y Ayón (8) --cinco inicial--; Nocioni (4), Sergio
Rodríguez (11), Doncic (-), Maciulis (3), Hernangómez (-) y Reyes (9).
El Real Madrid afrontó el segundo partido con la lección aprendida. Solo
necesitaba ganar por un punto y salió a por todas. Duro en defensa y
acertado en ataque, dejó cinco minutos sin anotar a los locales (12-0).
Con Fischer y Hettsheimer bien defendidos, los brasileños tuvieron que
recibir la enésima ayuda arbitral para meterse en el partido.
El Real
acusó el cansancio de los primeros minutos y se dejó coger en el
marcador (15-11). Los triples de Jaycee Carroll (10 puntos en el cuarto)
y la entrada de Andrés Nocioni (7 puntos) fueron determinantes para que
el Real se volviera a escapar, justo cuando el primer acto concluía (24-15).
Fischer, con 2 triples, y Mineiro, con 8 puntos en la zona, dieron la
réplica al Madrid al comienzo del segundo acto.
Los árbitros (los mismos
que en el primer partido) cogieron el fusil y ametrallaron al Madrid, en
unas decisiones esperpénticas. Una técnica al banquillo blanco y dos
técnicas a Sergio Rodríguez (harto de tanto golpe recibido) volcaron el
marcador. Bauru empataba a 29 casi sin merecerlo. A golpe limpio y con
una ayuda bochornosa, los brasileños se las prometían felices pero no
contaron con la casta y acierto de Llull y Carroll. Ambos comandaron un
parcial de 12-4 que congeló el pabellón al descanso (49-40).
El capi con el nuevo título. fotografía as.com |
El tercer cuarto fue una auténtica guerra, con el Madrid aguantando la
provocación arbitral y las acometidas de un aguerrido rival. Cada
canasta era un triunfo. El partido se espesó y el Madrid perdió varios
balones importantes. Sin embargo, los triples locales no entraban y
Bauru no lograba meterse en el choque. Mérito del Madrid y de Laso, un
experto en el estudio de los rivales. La defensa de ajustes del Madrid
fue perfecta y solo su desacierto en ataque evitó la escapada
definitiva.
Gustavo Ayón se hizo un titán en las zonas y Thompkins,
hasta entonces desaparecido, aportó 7 puntos vitales para impedir la
postrera reacción local. El Madrid mantuvo la ventaja con solo 10
minutos por delante (66-57).
Sergio Llull a pleno pulmón, Thompkins, con dos triples decisivos, la
muñeca de Carroll (22) y el poderío reboteador de Ayón (hasta 15
capturas) hicieron imposible el torneo para los brasileños. El último
cuarto fue el mejor del Madrid.
En el momento clave las estrellas
blancas jugaron como saben. Los locales, hundidos moralmente, lucharon
hasta el final por conseguir un marcador decoroso. Pero tuvieron que
rendirse ante el mejor equipo del mundo fuera de la NBA.
REAL MADRID 91 (24+25+17+25): Llull (21), Maciulis (-), Carroll (22),
Reyes (4) y Ayón (5) --cinco inicial--; Nocioni (9), Sergio Rodríguez
(5), Doncic (4), Thompkins (17) y Hernangómez (4).
BAURU BASKET 79 (15+25+17+22): Fischer (26), Álex García (14), Jefferson
(-), Hettsheimer (17) y Day (3) --cinco inicial--; Boracini (2), Gui
(-), Mineiro (8) y Meindl (9).
Gabriel.
Vaya equipazo tenemos, increíble trabajo de Pablo Laso y los fichajes de este año parece que aportan mucha calidad, Hala Madrid!!!!
Reynaldo Mercedes, háztelo mirar. O viaja a Barcelona donde serás feliz como asesor.
Tengo 63 años. He visto muchos partidos de baloncesto: de España, de Europa y de la NBA, pero nunca un arbitraje tan casero, nefasto, provocador, escandaloso, descarado, denigrante, insultante,… Un auténtico robo con alevosía y premeditación.
Otro equipo que no fuese el Real Madrid, hubiese cogido el avión tras el primer partido.
A la organización: si preparáis una encerrona, avisad que no vamos. Estamos muy cansados tras la Copa de Europa.
¡Heroes!