Ayón, Tomic y Reyes en un lance del encuentro. fotografía as.com |
Segundo partido del playoff final de la Liga Endesa ACB. Partido
disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. 21 de
junio de 2015. 12:30 horas.
Tras una paliza en toda regla con momentos de baloncesto de grandísimo
nivel, el Real Madrid está muy cerca de proclamarse campeón de la Liga
Endesa. Su victoria ante el Barcelona fue incontestable. Sergi Llull,
aclamado en el Palacio, con 24 puntos (31 de valoración) y Rudy
Fernández con 17 puntos fueron los mejores por parte blanca. En el
Barcelona, muy poco a destacar, quizá la aportación de Doellman. El
Palacio despidió a los héroes de la Novena con una ovación espectacular.
La valoración general resume un partido para el recuerdo: 121 a 76.
Ofensiva y defensivamente el Madrid dio un baño al Barcelona que se
recordará por mucho tiempo. Garra, corazón y juego de conjunto frente a
miedo, desacierto y juego por libre. El Barcelona difícilmente dará peor
imagen que hoy frente a un equipo con mayúsculas.
Después de un sufrido pero merecido primer triunfo con aportación
importante de casi todos sus hombres, el Real Madrid quería llegar a
Barcelona con 2-0 en la serie. El Palacio se engalanó como en las
grandes ocasiones para arropar a los héroes de la Novena. La grada está
con el equipo de Laso a muerte y así lo demostró desde el primer minuto,
cuando Llull con un triple, inauguró el marcador. Rudy, con otro triple,
ayudó a que el Real cogiera la primera ventaja (8-1, min. 3). El Palacio
era una caldera donde el Barsa se estaba cociendo en un visto y no
visto. Pascual tuvo que hacer cambios muy pronto, quitando a Lampe y
Satoransky para dar entrada a Huertas y Doellman pero el Real había
olido sangre y no iba a parar.
El Madrid mordía en cada defensa y mataba en cada ataque. A muerte. Sin
descanso. Con otro triple, esta vez de Rivers, dejó al Barcelona muy
tocado (13-5, min. 5). Y eso que el arbitraje estaba siendo muy
condescendiente con los catalanes, metiendo al Madrid en bonus para que
al menos los de Pascual anotaran desde el tiro libre. Pero nada podía
parar al Madrid. Estaba "on fire". Sergi Llull y Ayón dispararon aún
más al Real (18-5, min. 7). Pascual ya no sabía qué hacer para parar la
tormenta blanca. Puso a Hezonja y Oleson en pista pero el Madrid estaba
poniendo todo la carne en el asador y quería sentenciar el 2-0 cuanto
antes. Sergi Llull, con su tercer triple, esta vez a la carrera, llevó
el delirio a la grada. Con un parcial brutal de 23-7 en 7 minutos, el
Madrid había hecho del Barcelona un guiñapo. Pim, pam, pum. Y a la lona.
Otro gran partido del menorquín se le va a echar de menos. fotografía as.com |
Si el baloncesto fuera boxeo el Madrid había vencido por KO en el primer
asalto. Impresionante. Otro triple (el cuarto) de Llull y una gran
canasta de Ayón (8 puntos en el primer cuarto) elevaron la renta blanca
hasta los 19 puntos, 28-9. "El Chapu" Nocioni se tuvo que retirar al
vestuario por un golpe involuntario en la lucha por un rebote que le
hizo sangrar, pero ni esto paró al Real. El quinto triple de Llull fue
el mejor epílogo posible para un cuarto inolvidable: 31-10. 44-2 de
valoración general. Y un espectacular 7 de 7 en triples para el Madrid.
7 de 7.
El segundo cuarto fue más tenso y duro que el primero. El Madrid se
mantenía por delante gracias al acierto de Maciulis y Rudy y su enorme
defensa (provocó hasta 9 pérdidas a los blaugrana en 20 minutos). El
Barcelona, con Doellman como único estilete (14 puntos), intentaba
reducir su desventaja con más acierto en los ataques pero estaba
defendiendo muy mal a los blancos (40-23, min. 4). Además, su porcentaje
de 3 era horroroso (3 de 11). El Madrid entró muy pronto en bonus
(minuto 5) lo que le dio al Barsa la posibilidad de anotar con más
fluidez. Una fluidez engañosa pues estaba jugando rematadamente mal,
minimizado hasta la nada por el campeón de Europa. En la primera mitad,
el Madrid no tiró ni un solo tiro libre. El Barcelona, 11. Un dato que
muestra la diferencia de criterio en el arbitraje.
Pero al Madrid no le paraba nada ni nadie. Laso rotó con maestría a sus
hombres para que todos llegaran frescos a la segunda parte. El taponazo
que puso Maciulis a Huertas resume el poderío blanco en la primera
mitad. Solo el arbitraje le daba aire al Barcelona. Los de Pascual
estaban 15 abajo a 3 minutos del descanso, 44-29 si bien al menos habían
evitado que el partido solo durara 10 minutos.
Rudy conduce el balón ante Abrines. fotografía as.com |
Pero en los últimos 3 minutos del segundo cuarto otra tormenta cayó
sobre el Barsa. Rudy le robaba la cartera a Hezonja para que Carroll
anotara. Carroll defendía a Tomic y le quitaba el balón. Rudy anotaba un
triple de 8 metros, Marcus se tiraba al suelo para levantarle otra bola
a Hezonja, Maciulis le birlaba un rebote a Thomas en su cara... toda una
lección de baloncesto de coraje y garra condensada en otros 180 segundos
que dejó otra vez tiritando a los catalanes, a los que el descanso les
debió saber a gloria.
El Madrid vencía claramente por 49 a 32 y "El Chapu" estaba de vuelta,
recuperado del golpe recibido. La valoración general de los 2 equipos
era muy favorable al Real, 60 a 28. La sensación sobre el parqué era la
de dos equipos diametralmente opuestos. El Madrid estaba jugando a todo
tipo de baloncestos: el de clase, el rápido, el de defensa a muerte, el
de la garra, el del acierto en el tiro (9 de 13 en triples). El
Barcelona, ayudado para no desmembrarse, avergonzó a su parroquia con
momentos de debilidad máxima ante el eterno rival.
La segunda parte tuvo un comienzo eléctrico. Rudy anotó la primera
canasta de la segunda parte pero Doellman respondió con un triple.
Gustavo Ayón jugó al poste de maestro y Jackson anotó fácil en la
siguiente jugada. Rudy se jugó el triple contra Tomic y Felipe anotó
tras palmeo ofensivo en las barbas de Tomic. El choque tenía momentos de
juego muy alegre, lo cual beneficiaba al Madrid, sin duda (58-37, min.
3), el rey del juego a campo abierto. Doellman se iba hasta los 23
puntos de los 43 de su equipo pero o alguien más sumaba o el Barcelona
lo iba a tener crudo para remontar. Con Tomic cortocircuitado y Oleson
desaparecido, el Barsa solo oponía resistencia con el americano. Además,
Reyes y Ayón jugaban al poste de libro. Su entendimiento es clave para
que el juego entre pivots del Madrid sea tan dañino para los rivales. El
intercambio de canastas era favorable para el Real, bordeando siempre
los 20 puntos de ventaja (68-48, min. 7).
El banquillo madridista celebra una canasta. fotografía as.com |
El sexto triple de Llull a 2 minutos del final hizo cantar a la grada
"Nosotros te queremos, Sergio quédate". Los cantos de sirena de la NBA
están sonando muy fuerte en la cabeza de Sergi. Pero hoy por hoy es
jugador del Madrid y factor determinante en este playoff final. Andrés
Nocioni vio técnica por protestar pero ni por esas el Real se
desequilibró. En la siguiente jugada, el "Chapu" sacó un 2+1 que volvió
loco al Palacio tras una gran defensa de todo el equipo. Nocioni corrió
el contraataque como si tuviera 20 años y puso los corazones blancos a
1000 por hora. El tercer cuarto terminaba con una diferencia insalvable
para el Barcelona, 75-56, gracias a un triple contra tablero desde casi
media pista de Abrines. 10 minutos de sufrimiento le esperaban en Madrid
ante un rival muy superior.
El alley oop entre Llull y Slaughter con mate del americano a una mano
fue el inicio de los fuegos artificiales en el Palacio. Con Carroll y
Sergio Rodríguez en cancha, el Madrid quería más y no iba a levantar el
pie del acelerador tan pronto. Los blancos se pusieron a defender a toda
cancha para intentar forzar alguna pérdida al Barsa y poder correr a la
contra. Slaughter se vaciaba en defensa como punta de lanza de la zona
press y Nocioni peleaba contra Nachbar, inédito hasta el momento. Las
canastas de Huertas, puro maquillaje haciendo la guerra por su cuenta,
permitieron a los azulgrana una derrota dolorosa pero no indecorosa
(87-65, min. 4). Además, el arbitraje les puso otra vez en la línea de
tiros libres a 5 minutos del final.
Sergi Llull se marchó ovacionado a 4 minutos del final, dando Laso el
partido por finiquitado. El Real no quiso hacer más daño y el Barsa
aprovechó las migajas del pastel para llegar a Barcelona con algún
motivo para la esperanza. Aunque otro alley oop de "El Chacho" con
Marcus puso al Palacio a botar (93-71, min. 8). Partidazo el de
Slaughter, que ha pasado de transferible a insustituible. El resultado
final, 100 a 80 es tan concluyente como merecido. El Madrid bordó el
baloncesto y está a 1 solo triunfo de cerrar una temporada histórica.
REAL MADRID 100 (31+18+26+25): Llull (24), Rudy (17), Rivers (5), Reyes
(6) y Ayón (12) --cinco inicial--; Carroll (9), Sergio Rodríguez (4),
Bourousis (-), Nocioni (7), Maciulis (5), Slaughter (5) y Mejri (6).
BARCELONA 80 (10+22+24+24): Satoransky (10), Abrines (9), Thomas (1),
Lampe (0) y Tomic (11).--cinco inicial--; Hezonja (5), Huertas (7),
Oleson (1), Nachbar (5), Jackson (3), Pleiss (4) y Doellman (24).
Gabriel.
¡¡Maravilloso, sencillamente maravilloso!!
Desde hace dos años vengo diciendo el parecido
que tiene este Madrid de basquet con el de Pedro Ferrándiz.
Gerardo, en tus años de juventud al igual que un servidor,
disfrutamos del grandísimo equipo que formó el mejor
entrenador de todos los tiempo. Recuerdo ver al Madrid ganar
al menos durante dos años seguidos absolutamente
todos los partidos disputados en España (aunque el tema
de los record ya se encarga la Federación de manipularlos
limitándolos al periodo en que se llama liga ACB.
Recordarás al igual que yo, sendas victorias sobre el Barcelona
con 60 puntos de diferencia: 120-60 y 138-78.
Solamente enviaros un especial abrazo a todos los madridistas
que aman el baloncesto y en especial a Gerardo, Antonio,
Gabriel y Paula.
La alegría por la magnífica campaña de nuestro equipo de baloncesto no me aleja de abrigar una preocupación que aparenta pasar desapercibida a muchos socios y aficionados, tal y como viene a ser la utilización de los medios de comunicación afines, por parte de algún notable jugador de nuestro equipo de fútbol, a los efectos de tratar de sacar notables beneficios a su cuenta particular a costa de la del Club que le ha dado un nombre y hecho millonario.
Pero lo que más me asombra viene a ser el partido, que una parte de socios y aficionados, toma a favor de la “megaestrella” de turno y en contra de los intereses de la entidad que, quiérase o no, son sus propios intereses.
Casillas o Ramos pasarán. Pasará Florentino Pérez y pasaremos nosotros, pero el Real Madrid seguirá estando allí, con otras estrellas, con otro presidente y con otros socios o aficionados, pero el Madrid seguirá estando y sus “megaestrellas” actuales seguirán siendo madridistas, o no, según su interés o el de su bolsillo, y los jugadores que estén entonces serán madridistas también en tanto y cuanto les convenga, pero el Real Madrid seguirá estando allí.
Que una parte de la afición, exjugadores incluidos, tome partido por las pretensiones desorbitadas de tal o cual jugador, llámese Casillas, Ramos o Pedrito el de la colmena, me parece un absurdo tan desproporcionado y necio como pegarle fuego a la propia casa para ver como son las fallas de Valencia.
Las declaraciones efectuadas en los medios públicos de comunicación por parte de algunos que se autodenominas aficionados o socios del Real Madrid criticando a Florentino Pérez en su lucha por conseguir un salario racional a ciertas fichas, salidas o renovaciones, podrían algunos pensárselas más de una vez. La pretensión de Casillas, a mi juicio, es la de sacar lo máximo de los dos años que le quedan en el Club y marcharse a otro a duplicar los beneficios. Y la de Ramos, a quien habría que poner en cuestión los platos de su balanza en orden a lo que hace bien y lo que hace mal en el terreno de juego, ya raya en lo delirante al pretender alcanzar el nivel salarial de Cristiano Ronaldo. Ni una cosa, ni otra debe consentir un Presidente que represente con dignidad los intereses de un Club serio y respetable como es el Real Madrid.
Florentino Pérez quien, gústenos o no, es la más alta representación institucional del Club, debe sentirse respaldado por su afición a la hora de negociar cualquier asunto que ataña al orden deportivo o económico de la entidad, simplemente porque está defendiendo los intereses de todos los madridistas. De no ser así, luego que nadie se queje de que las entradas y los abonos son caros o imposibles, sencillamente porque, mientras que la mayoría de nosotros ha de realizar equilibrios para sufragarlos, otros se hacen multimillonarios tomando ese dinero bajo la ley del mínimo esfuerzo.
Recapacitemos esta cuestión, sencillamente porque escupiendo al cielo los únicos que salimos mojados somos nosotros.
Julián Sánchez
Peña Quinta del Buitre de Requena y
Socio-representante del Real Madrid