“Imagen. Santillana junto a Butragueño y Martín Vázquez tras lograr el cuarto gol”
Mañana jugamos un partido importante de cara a la clasificación para la siguiente fase de la presente Champions, pero el próximo día 11 harán 35 años de otro histórico enfrentamiento con el Borussia Mönchengladbach. Un partido de esos que quedan en la memoria colectiva de no solo los aficionados merengues, sino de los aficionados al fútbol
Un recuerdo imborrable
Son muchos los partidos que guardo en la memoria como madridista. Finales de Copa de Europa, victorias que nos daban una Liga o Copa de España, remontadas… En una ocasión hice un artículo en la que os hablaba de la célebres remontadas de nuestro equipo en Europa, de las cuales he tenido la fortuna de presenciar muchas en directo, siendo la primera aquella contra el Derby Country en los octavos de final de la temporada 1975-1976, cuando tras perder en Inglaterra por 4-1, el equipo le daba la vuelta en el Bernabéu con un gol de Santillana en la prórroga que dejaba el marcador en 5-1. 12 añitos tenía este que escribe y lo veía de pie en el fondo norte junto a mi padre y unos primos.
Tras aquella remontada frente al Derby Country llegarían las del Celtic Glasgow en la temporada 1979-1980. En la que tras caer en Escocia por 2-0, los nuestros se imponían por 3-0. Era un día de San José del 80. Por entonces yo todavía no era socio, y recuerdo hacer cola para conseguir una entrada. Imposible!!. El gentío rodeaba el contorno del estadio por lograr una entrada, así que en aquella ocasión disfruté de la victoria del equipo desde casa. La siguiente remontada se produjo en la Copa de la UEFA de la temporada 1984-1985. En octavos de final nos enfrentamos al por entonces potente Anderlecht, que contaba por entonces con un magnífico jugador, Scifo. Los nuestros caían en Bruselas por 3-0, y parecía que decían prematuramente adiós a la competición. Pero no, de nuevo lo hicieron, y con un Butragueño excelso le endosaban un 6-1 a uno de los equipo de moda en Europa.
Al son de Opus y Europe
Se hablan mucho de aquellas remontadas, pero para que ellas se produjesen antes tenía que haber sucedido una tragedia. En la dos UEFAS consecutivas que ganó nuestro Real Madrid se produjeron graves derrotas que luego fueron subsanadas con esas heroicidades en forma de remontadas. En la UEFA 1985-1986 el equipo se tuvo que enfrentar a nuestro rival de mañana en los octavos de final, siendo el primer partido en Alemania. Los partidos en tierras germanas siempre se les han atragantado a los nuestros, aunque en las últimas temporadas lo hemos ido mejorando. El batacazo en Bökelberg fue de época, ya que el equipo encajaba un contundente 5-1. Pero el gol de Gordillo para los nuestros iba a tener un gran peso en la vuelta.
Ese 11 de diciembre de 1985 nuestro Bernabéu estaba a reventar. Por entonces seguía habiendo muchas localidades de a pie. El segundo y tercer anfiteatro que dan a Padre Damián lo eran, así como los dos fondos de grada y el lateral de grada que da a Padre Damián, los cuáles ocupaban los socios no abonados. Recuerdo que casi hora y media antes de comenzar el partido ya estaba dentro con mi padre, quien se me quejaba por haber entrado tan pronto. Él para ese partido no había retirado su entrada de abono, el cuál tenía en Tribuna de Fondo Norte. La gente comenzaba a llenar nuestro Templo desde bien temprano, y por megafonía sonaban entre otras el Live Is Life de “Opus”, y como anunciando lo que se nos venía, el The Final Countdown de “Europe”. El ambiente se fue calentando a pesar de que ya era una fría noche de diciembre. Se palpaba en el ambiente de que algo grande podía volver a suceder de nuevo. Se notaba en el rostro de los jugadores alemanes mientras calentaban, eso que Jorge Valdano denominó como “Miedo escénico”.
Y empezó el partido con unas 100.000 gargantas empujando a los nuestros. Y puede que entre la afición y Valdano colásemos el primero a los 6 minutos de juego. Y a los germanos se le aflojaron las piernas, y un equipo enloquecido se volcó sobre la meta de Sude para que de nuevo Valdano de cabeza y cuando se pasaba un minuto del cuarto de hora de juego, pusiese el marcador en 2-0. Ya se soñaba con otra remontada, con otra heroicidad. Pero pronto el Borussia se puso las pilas y comenzó a frenar con más serenidad las embestidas de los nuestros, incluso empezaron a merodear por la meta defendida por Ochotorena poniendo un nudo en la garganta en los aficionados que allí estábamos, y seguro de los que lo veían desde sus casas. Un gol de los alemanes hubiese puesto más difícil de lo que ya estaba el dar la vuelta al resultado.
Las manecillas del reloj avanzaban y esos dos goles que aún necesitábamos no llegaban. El equipo empujaba, al igual que empujaba la afición, pero entrabamos en un tramo del partido que un gol del Borussia habría sido una tragedia. Pero en el 77 un balón largo de Gallego para Valdano lo pone el argentino en el área para que Santillana marcase el 3-0. Quedaban 12 minutos y el descuento para lograr el gol que nos diese la clasificación, siempre con la preocupación de que los alemanes no marcasen y diesen al traste con la remontada. El partido moría, como casi morimos los 100.000 que allí estábamos cuando a trompicones Santillana remataba un balón que quedó suelto tras rechazar un disparo de Michel y convertirlo en el 4-0 y el pase a cuartos. Lo que sucedió tras el gol es difícil de explicar con palabras. Describir esa felicidad con letras es desmerecer lo que sentí, lo que sentimos los que allí estábamos. Me abracé a mi padre como quizá no lo hacía habitualmente, pero también me abracé a desconocidos con una alegría desbordada. Se desbordaba la euforia. Como euforia desbordada era la de Juanito cuando poco después del gol Molowny lo sustituía y salía saltando y celebrando cuál aficionado que siente pasión por su equipo. Y pitó el final el colegiado, y volví a saltar, y me volví a abrazar a mi padre, y lloré, lloré como un niño, como aquel que tenía 12 años cuando presenció aquella primera remontada contra el Derby Country, pero ya con 22 años. Pero ni los sentimientos, ni la pasión tienen edad.
En recuerdo a ellos
Hace unas semanas mi amigo César Arnanz me enviaba un artículo sobre este partido. Lo hacia a modo particular, no quería que lo publicase, eran simplemente recuerdos personales. Cuando se jugó aquel partido César y yo no nos conocíamos todavía, lo haríamos en un viaje a ver a nuestro Real Madrid al viejo San Mamés con La Gran Familia. Desde entonces, muchos viajes con la Peña, especialmente por España, y tres finales de Champions (Ámsterdam , París y Glasgow ), y sobre todo, una amistad que dura hasta hoy. A él, y a mi padre, que me enseñó muchas cosas, pero entre ellas a amar a este equipo, les quiero dedicar el recuerdo de este partido.
Gracias Antonio por otro excelente artículo. Grandes recuerdos y emociones. Hala Madrid!!
Gracias a ti amigo, por estar siempre ahí. Un gran abrazo
Hoy ganamos seguro y por más de un gol
Así será José Luis. Un saludo y Hala Madrid siempre