Antimadridista: Dícese de aquel aficionado al fútbol que prefiere la derrota del Real Madrid a la victoria de su equipo.
El antimadridista es lo antinatural en el fútbol. El aficionado de verdad es el que vibra con las victorias de su equipo y sufre con sus derrotas, el que piensa durante la semana en el partido del domingo (bueno, casi de cualquier día ya) y se preocupa porque su mejor jugador está lesionado o sancionado. En una palabra, el que vive el fútbol sintiendo los colores y la pasión por el club de sus amores.
El antimadridista, sin embargo, sólo piensa en la derrota del Madrid. Su equipo es secundario. Suelen ser colchoneros y culés, pero esta especie de aficionado se encuentra también en Valencia (Mijatovic, ay! Mijatovic) Sevilla (palanganismo antimadridista) San Sebastián (Odio a Madrid como capital de España) Gijón (Esa liga de 1979) Vigo (El Alcalde y el Estadio que se caía a trozos) y otras ciudades en los que sus equipos bandera suelen ser derrotados, cuando no masacrados, por el equipo merengue.
Porque el antimadridista siempre encuentra una razón de la derrota de su equipo ante el Real Madrid o en los éxitos merengues que no tiene que ver con el mal partido propio, su baja forma o el gran encuentro blanco, y éstas suelen ser variopintas y esquizofrénicas a la vez. La más recurrente es la de la ayuda arbitral secular al Real Madrid. Los árbitros, siempre los árbitros, las ayudas al Madrid. Si pitan penalti a favor, no lo era (aunque fuese flagrante), si no se lo pitan a su equipo, robo del Madrid. Si se gana una Champions, robo, si se ganan tres seguidas, más robo. Siempre así, el Madrid siempre roba. No tiene un título limpio. Qué desgracia!!
Otra razón esgrimida por el antimadridista para minimizar, cuando no demonizar los éxitos blancos es el franquismo. Tiene asimilado el relato culé y colchonero (manda narices, los del Atlético AVIACIÓN) que el Madrid es el equipo del régimen (cosa que todos sabemos que es falso) y este favor franquista se expande por atrás al principio del siglo XX y por delante hasta nuestros días. Vamos, si el “efecto Franco” estuviera en la sociedad española con la misma fuerza que el antimadridista lo ve en el fútbol, estaríamos todavía brazo en alto y prietas las filas en nuestro amado país.
Florentino… sí, Florentino ahora como Bernabéu antes. Ambos presidentes son los artífices de los éxitos más gloriosos del Real Madrid, esto es de general conocimiento, pero el antimadridista lo utiliza como algo falso. Florentino ahora y Bernabéu antes (y el que venga después) roban los partidos, manejan a su antojo la Federación española, la UEFA, la FIFA y la Eurovisión (todos sabemos que Massiel ganó con “La-La-Lá” por una llamada de Don Santiago) En el palco de Chamartín se urden los más sórdidos negocios político-social-urbanísticos y los chanchullos más importantes del fútbol mundial. Es más, Maradona dio positivo porque “alguien” del Madrid adulteró su orina…
Para el antimadridista los éxitos del Real Madrid siempre son por robos manifiestos o por deméritos del rival. Estamos acostumbrados a que tal o cual equipo que es la quintaesencia del fútbol, a los cinco minutos de caer con estrépito en Chamartín en Copa de Europa o competición similar pasa a ser una banda de futbolistas acabados. Sin embargo, los fracasos blancos (que haberlos, haylos, como sabemos) son proclamados a los cuatro vientos como el triunfo del verdadero fútbol contra las hordas del mal blancas.
Cartera contra cantera. El antimadridista ha sido inyectado en las meninges de su triste cerebro, en su ADN perdedor con el relato de que el Real Madrid sólo compra jugadores con dinero, que no cuida y no usa su cantera, cuando es pacífico entre todos que la cantera del Real Madrid es la que más jugadores nutre a la Primera División española, pero no, el antimadridista, rasgándose las vestiduras, siempre dirá que el dinero no lo es todo y que el Madrid juega con trampas porque compra jugadores. Las trampas, siempre las trampas…
El antimadridista es un ser triste, una persona enfadada con el mundo, un elemento que sufre en demasía, el antimadridista morirá con tristeza, abrumado por los éxitos del Real Madrid aunque su equipo salga campeón de algo. El antimadridista es tan triste que nunca conocerá la Gloria ni la Grandeza futbolística, pasará por este mundo apocado, taciturno, sin legado, en una palabra, el antimadridista está condenado a sufrir hasta el fin de sus días.
Pero la Grandeza del Real Madrid es tan grande, que no sólo llena las páginas de los periódicos, las ondas de radio y las imágenes de televisión con sus muchos éxitos, sino que, además, en sus fracasos da de comer (y muy bien) a los que los ensalzan. El Real Madrid es tan importante y magnánimo, que alimenta a los antimadridistas, que deberían estar eternamente agradecidos al club de Chamartín por existir, porque, al fin y al cabo, si no existiera, estos tristes elementos no tendrían qué llevarse a la boca todos los días, no podrían justificar los fracasos de sus tristes clubes y no podrían irse a la cama tranquilos pensando que el fracaso propio es un robo ajeno.
Ser del Real Madrid es lo más grande e importante que una persona puede ser a lo largo de su vida. El antimadridista, en su fuero interno, quisiera ser madridista. En el fondo de su corazón maldice al padre, tío o abuelo que le metió el gen de otro equipo que no es el Real Madrid. El antimadridista es triste porque es un madridista frustrado. El antimadridista quisiera disfrutar con el fútbol, pero no puede porque está atrapado en otros colores y el único medio de justificación de esa frustración es atacar con denuedo todo lo que suene a blanco. El antimadridista es como el amante despechado, que dice barbaridades del/la amado/a que le ha dado calabazas, que le ha hecho la cobra o que le ha abandonado por otro amor. El antimadridista, amigos míos, es un madridista frustrado, una persona que quisiera vivir en blanco pero no puede. Qué gran tristeza, qué desazón, qué complejo, qué lástima. Compadezcámonos de ellos y dejemos que sufran, es su triste sino.
Así es Javi! Que un aficionado sea de otro equipo es comprensible pero que sea anti madridista es ya masoquismo puro! Porque es ya querer sufrir por sufrir una temporada tras otra.
Hasta el final!!!
Son tristes, Nuria. Son madridistas frustrados. Una pena. Halamadrid!!!
Gran artículo Javi!. Lo de esta gente no tiene calificativo. Ser unos tristes creo que se les queda corto, pero tampoco quiero emplear palabras más gruesas. Bastante tienen con tenernos como rival, ese es su castigo. Con lo bonito que es ser del Real Madrid. Un abrazo fuerte y gracias por el artículo. Un abrazo fuerte y Hala Madrid siempre.
Dejémosles en su tristeza, Antonio., Muchas gracias por tus palabras… Un fuerte abrazo y HALAMADRID!!